Considero que el texto toca aspectos muy importantes para la educación que siguen vigentes, incluso podría decirse que está vaticinando lo que acontecerá en la actualidad. Es verdad que las circunstancias no eran tan estrictas respecto al uso de tecnología, y en cierta parte, podríamos “agradecer” a la pandemia que haya sido, si no el impulso, el momento clave para analizar qué estamos haciendo con la tecnología, hasta dónde hemos avanzado o nos hemos aliado con ella y actuar en consecuencia. El tema del papel del educador, quien al estar en contacto con nativos digitales, ha cambiado y ahora debe tratar más que nunca en estar proporcionando retos para una generación que ya nada le sorprende, y es verdad, quizá en parte se haya perdido una sensibilidad respecto al aprendizaje y construcción de nuevos conocimientos, sensible en el sentido de que ahora ya no existe un esfuerzo extra por investigar sobre un tema, todo pareciera estar al alcance de unos cuantos clicks en la pantalla para la mayoría de las personas con acceso a internet y dispositivos electrónicos. Esta parte del esfuerzo me recuerda un poco a lo que nos decían en la escuela sobre usar calculadora para realizar operaciones matemáticas, casi siempre se consideraba como algo “malo” utilizar para todo una máquina que te resolviera hasta las sumas y multiplicaciones más simples, y en parte considero que hay un poco de razón en ello, menciona Savater que en el proceso de escribir un artículo, si se olvida de un acontecimiento, un personaje o algún dato relevante, ya no recurre, en primera instancia a su memoria y después a una biblioteca, simplemente lo busca y en menos de un segundo ya está la respuesta. Esa agilidad que ha sufrido el proceso de búsqueda de información es lo que considero también ha sido motivo de confusión en la construcción de conocimiento, porque definitivamente no es lo mismo tener un aprendizaje significativo a simplemente repetir una información recibida, quizás ahí esté la clave de lo que sucede con la juventud hoy en día, ya no hay preocupación por la cognición que implica una parte de memorización y otra de involucrar sentimientos, experiencias, es decir la parte humana. Ahora se ha simplificado y en ese proceso se ha perdido esa esencia que la educación en gran parte abonaba a ella.
Me parece
también relevante mencionar la reflexión que hace respecto a la perspectiva de
las épocas y circunstancias, siempre se mira al pasado como un periodo en el
que todo estaba mejor, lo que quizás no sea cierto. Cada etapa en la historia
humana ha tenido sus propios problemas y retos a enfrentar, incluso la pandemia
tiene antecedentes similares en la historia. Considero que también aquí hay una
discusión interesante porque la comparación, en sí misma, es lo que está
ocasionando esa limitante por aliarnos con la tecnología, el decir que todo era
mejor antes y ahora es más complicado, es algo natural en el humano debido a que,
como menciona Savater, es más fácil ver hacia el pasado ya que todo fue
resuelto y en cambio el presente y futuro tienen que resolverse, lo que culmina
en un esfuerzo extra. Aquí también podría agregar las características de la
actitud humana que se han estado modificando, por ejemplo la cuestión de la
tolerancia. Ahora que todo es inmediato y, aparentemente “sin esfuerzo”, recae
en una impaciencia de parte de los nativos digitales por lo que requiere mayor
tiempo, y a su vez, implica una mayor concentración. Quizás también esto esté
ocasionando que las opiniones se polaricen y el pensamiento dicotómico aparentemente
se traslade a una forma superior. Como ejemplo tendríamos lo que sucede
actualmente en las redes sociales, ya nadie puede estar en una postura “neutral”
ante un tema, por ejemplo política, aborto, legalización de la mariguana, entre
otros que son polémicos pero ahora es poco frecuente ver a alguien ubicado en
medio de estar a favor o en contra, ser blanco o negro, hombre o mujer, derecha
o izquierda, todo ha tornado en esas ambigüedad lo cual es un tanto preocupante.
Sin embargo
podría concluir en que Savater nos trata, además de describir la situación
tanto anterior como actual, de hacer que reflexionemos acerca de cómo la
tecnología está ocupando un lugar al cual no podemos negarnos, esa mirada como
enemigo no ha servido de mucho para situaciones como la pandemia en donde casi todo
se ha tenido que pasar al terreno digital de manera obligatoria y no esa “dulce”
alternativa que teníamos para elegir entre usarla o no. Por lo general la brecha
generacional estaba muy fragmentada entre el uso de tecnología, era poco común
ver a una persona mayor realizando una videollamada y ahora es cuando más vemos
un esfuerzo por ese sector de la población, ya que al ser la mayoría maestros,
deben buscar esta vía para continuar con su labor docente, toca adaptarse al
cambio pero no sólo eso, también buscar de qué manera sorprender a una persona
que ya ha tenido mucho tiempo desarrolladas ciertas habilidades relacionadas
con el uso de tecnología. Hace poco leí a Vigotsky con su teoría del pensamiento
adolescente y nos dice que para poder desarrollar su potencial se le deben
presentar retos, despertar ese interés por superar algo, es decir, una mirada progresiva
en la construcción de conocimientos. Es cierto que también es algo complicado,
porque adivinar qué es novedoso para el joven puede resultar desastroso debido
a la diversidad de contextos y experiencias que puede tener un grupo de estudiantes.
Ahora sólo queda pensar en que la estrategia del educador es algo que nunca se
acaba, siempre debe estar en constante actualización porque cada época es
distinta, incluso cada año es un estudiante distinto con necesidades e
intereses diferentes a los de la generación anterior, un gran ejemplo con el primer
grupo que toma clases online de una especialidad que no había sido pensada en
ser llevada a la virtualidad y del que orgullosamente pertenezco.
Comentarios
Publicar un comentario